El color e iluminación son elementos fundamentales en la creación de espacios comerciales, dado que ayudan a la apropiada visualización del lugar y del producto. Si una parte del local es desfavorable (por ejemplo por su arquitectura, porque se encuentra muy oculto o es demasiado grande), se puede emplear iluminación o formas visuales que ayuden a "simpatizar".
En todo espacio destinado al comercio, se debe tener en cuenta aspectos tales como: cómo se acercará el usuario al local, cómo será el aspecto externo (las vitrinas que comunican al cliente cuál es la imagen del local), los accesos y el espacio interior.
Con el color no hay que olvidar las combinaciones que produzcan una composición equilibrada, y que puede ser usado para dar una direccionalidad dentro del sitio, ayudando también en el recorrido y en la señaletica. Si un color se asocia con la marca o se le ha dado importancia en la organización visual y espacial del local, debe ser repetido en los demás locales del mismo; por otro lado la iluminación ayuda a comunicar cuál es el ambiente (incluso la temática) del local al ofrecer una atmósfera ya se escogiendo qué tipo de bombillo (incandescentes, halogenas, LEDs, fluorescentes, dicroica), ubicando las fuentes lumínicas de tal forma que formen sombras o que recaigan en un punto en especifico intensificando la iluminación.
Dentro del espacio como tal, en el recorrido podemos encontrar que los pasillos pueden dividirse en fríos y cálidos. Los primeros son aquellos por los que transitan poca cantidad de consumidores, y los otros al contrario mantienen un alto fluido de público. También se puede dar uso a espejos que dan sensación de ampliar el lugar, y tener en cuenta la ubicación de los estantes, el mobiliario, las cajas registradoras, y los accesos y la forma de circulación, e igualmente qué áreas y superficies se destinarán para ubicar los productos, sobretodo si son diferentes.
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