Es una película del género western (película de vaqueros) creada por Sergio Leone en 1968, últimas de las ambiciosas y grandes películas hechas del imaginario Oeste.
Nos encontramos primordialmente con tonos amarillos, azules, marrones y oscuros. Además, en algunos fotogramas el esquema de color no puede ser otro que uno de contraste entre fríos y cálidos, otorgado por el azul vivo del cielo y el color amarillo, más bien apagado, de la arena del desierto, lugar que proporciona el escenario para esta película. Sin embargo la mayoría de las escenas se desenvuelven en un ambiente de neutros y colores "sucios", mezcla de los colores con el negro y que disminuye o acentúa otro tono, siempre al enfocar (muchas veces en primerísimo primer plano) al personaje enigmático, al vengador o al asesino, o al entrar a un lugar que tenga algún aura de peligro o tensión (en el que por supuesto se hace uso del negro).
Igualmente hay un alto contraste en cuanto a la figura y el fondo. A pesar de no tener una alta gama de colores y éstos sean por ejemplo oscuros, los contornos y la saturación permite distinguir un elemento de otro, ayudado todo por un buen uso de luz.
Se utiliza entonces un contraste de claro-oscuro. El color oscuro o el negro que se opone al claro o al blanco o viceversa. Por ejemplo el supuesto villano con su vestimenta negra (que nos hace recordar lo malo, nos da terror) contra el tono del desierto o del extenso azul del horizonte.
De vez en cuando podemos ver un acento en alguna escena, que intenta romper con la monotonía en que la película puede que recaiga. Vemos entonces un punto rojo muy intenso (un hombre sobre su caballo) contra el marrón uniforme de un atardecer, o por ejemplo a la mujer protagonista usando un vestido de color verde.
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